
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el COVID-19 era una pandemia global. En ese momento, había más de 118.000 casos en 114 países y 4.291 personas habían muerto.
La OMS había estado monitoreando la situación desde el inicio de los casos en noviembre de 2019 en Wuhan, China. El 30 de enero de 2020, la OMS había declarado que el COVID-19 era una emergencia de salud pública de preocupación internacional.
La declaración de pandemia se produjo después de que el número de casos y muertes aumentara rápidamente en varias partes del mundo. La OMS advirtió que la pandemia no solo era una crisis de salud pública, sino que también tendría impactos económicos y sociales significativos.
En la actualidad, la OMS continúa trabajando para combatir la pandemia y prevenir futuras crisis de salud pública. Su trabajo incluye la coordinación de esfuerzos globales para desarrollar y distribuir vacunas, así como la provisión de orientación y apoyo a los países para fortalecer sus sistemas de salud.